Quisiera ser un televisor. Me gustaría ocupar su lugar para poder vivir lo que vive un televisor en mi casa:
Tener un cuarto especial para mí. Congregar a todos los miembros de la familia a mi alrededor; ser el centro de atención, al que todos quieren escuchar, sin ser interrumpido no cuestionado; que me tomen en serio cuando hablo.
Sentir el cuidado especial e inmediatamente que recibe la televisión cuando algo no le funciona. Tener la compañía de mi papa cuando llega a casa, aunque venga cansado del trabajo. Que mi mama me busque cuando está sola y aburrida, en lugar de ignorarme. Que mis hermanos se peleen por estar conmigo. Divertirlos a todos aunque a veces no les diga nada. Vivir la sensación de que lo dejen todo por pasar unos momentos a mi lado.
No es mucho, solo lo que vive cualquier televisor todos los días.
Tomado de: Mendivi, Gerardo; (comp.), Huellas Perdidas. Antología de Lecturas para docentes, México, 1992.
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