sábado, 24 de diciembre de 2011

¿QUÉ SE LEE EN MÉXICO?


La lectura en México: Alfabetismo disfuncional, pornolectores y prensa del corazón
Lo más leído en el país: diarios con pornohistorias, nota roja y deportes; revistas de espectáculos, historietas vaqueras y de acción, y libros de autoayuda o sobrenaturales.

Pornografía-prostitución, La Biblia y Carlos Cuauhtémoc; chismes de la farándula, futbol e historietas de folletín; nota roja, Cañitas y libros favoritos de los que no se recuerda quién es el autor. Ésas son las claves mayoritarias de la lectura en México. Eso, o no leer. ¿Somos lo que leemos o lo que no leemos? A propósito de candidatos que (no) son marcados en su vida por libros, va un repaso de los hábitos y prácticas relacionadas con la lectura de un amplio espectro del electorado próximo a elegir Presidente de la República.

ESCRITORES Y SEXOSERVIDORAS
Tal vez los escritores más leídos en el país no son los, sino las. Son mujeres jóvenes y su principal actividad profesional es la prestación de servicios sexuales.

La tendencia ha ido cobrando importancia: la literatura porno, un producto para consumo de masas, escrita a modo de diario o de memoria por auténticas protagonistas. Dos de los periódicos con el mayor número de lectores, El Gráfico y Metro, publican a sendas acompañantes de lujo como sus columnistas estelares: Lulú Petite y Milah Escort. 

Metro alcanza un tiraje diario de 195 mil ejemplares. Aunque no se venden todos, muchos son leídos más de una vez entre taxistas, usuarios de taxis, boleros, clientes de boleros, policías: un perfil mayoritariamente masculino. La columna “Crónicas desde mi cama”, de Fernanda, se publicó de mayo de 2007 hasta abril de 2009. Era una audacia editorial: los relatos de una sexoservidora de alto nivel en el diario de periodismo más cutre. Se publicaba los martes y jueves, los días de menor venta, con el claro propósito de elevarla, pues había quienes sólo compraban el periódico para leerla a ella, como los televidentes que se enganchan con una telenovela o una serie.

El Gráfico se dirige al lector del mismo perfil; para tratar de ganar mercado, el hermanito de El Universal —con tiraje de 106 mil ejemplares diarios y un cálculo de 350 mil lectores— ha hecho dos cosas: fijar un precio más barato y tener a su propia escort escritora: Lulú Petite. Ella es autora de la columna “Diario íntimo”, que se publica los martes y jueves desde hace un año y medio; recibe 22 mil visitas en la edición de internet, que luego reproduce en su blog, donde el contador registra dos millones 619 mil visitas, y tiene 19 mil 622 seguidores en Twitter. Al retirarse Fernanda, Lulú Petite le dio una importante ventaja competitiva a El Gráfico, hasta que llegó Milah a las páginas del hermanito de Reforma. Fue invitada gracias a sus buenas reseñas de clientes en un foro de sexoservicio. Su blog vino después, hasta que fue retirado por Blogger, el proveedor del servicio; actualmente tiene casi 21 mil 49 seguidores en Twitter y reproduce su columna en su sitio personal.

LEER LO QUE PASA EN LA TELE
De acuerdo con información del Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación, las revistas de mayor venta en el país son TV Notas y TV Novelas. Su tiraje, sumado al de algunas otras que se dedican, como éstas, a la información de espectáculos, alcanzaría un tiraje superior al millón de ejemplares semanales. Tal vez lo peor, desde un análisis de la calidad de sus contenidos, no es la frivolidad, el dolo, la invasión a la intimidad o el morbo, sino los anunciantes: curanderos, adivinos, vendedores de amuletos y un sinfín de mercaderes de la ignorancia y la credulidad.

Una cantidad similar o superior en tiraje alcanza la edición de historietas como El Libro Vaquero, El Libro Semanal, El Libro Policiaco a Color, Historia Semanal de Amor y Pasión y Frontera Violenta. La proporción de lectores de TV Notas según su género es de siete mujeres y tres hombres por cada 10, idéntica al perfil de El Libro Semanal, de contenido tipo novela de folletín. En contraste, en el caso de El Libro Vaquero, dos de cada tres lectores son hombres, más propensos a identificarse con historias en las que el protagonista defiende valores como la valentía, el honor y la virilidad.
Pero lo que más puede sorprender en el perfil de lector de TV Notas es que está en todos los niveles socioeconómicos, pero mayoritariamente en la clase media, donde más de la cuarta parte del total tiene estudios de bachillerato y profesionales. Prácticamente no hay peluquería ni salón de belleza que no tenga varios ejemplares de esta publicación, lo que implica que el número de sus lectores se multiplica de manera importante. Si a éste pudiéramos sumar a los compradores en el mercado de segunda mano, la cantidad sería multimillonaria.

El universo de las historietas es mucho más difícil de calcular en cuanto a su tiraje, dado que muchas no se certifican porque no viven de la publicidad, sino de su venta efectiva. Entre éstas hay muchas de contenido gráfico porno y lenguaje vulgar, de venta restringida al público adulto, pero que además de tener un mercado de segunda mano tienen el del alquiler o canje, y otro incipiente de intercambio por internet.

En cuanto a los periódicos, los más vendidos ponen énfasis en la nota policiaca: La Prensa y los citados Metro y El Gráfico, así como los especializados en deporte (preponderantemente futbol): Esto, Ovaciones, Récord y Estadio.

SIN AUTOR FAVORITO Y SIN HABER LEÍDO LIBROS
Según la última Encuesta Nacional de Lectura (Conaculta, 2006), 12 por ciento de los mexicanos nunca ha leído un libro. Uno de cada tres dijo haberlos leído en algún momento de su vida, y apenas poco más de la mitad respondió que sí lee. Sin embargo, la mayoría de entre aquellos que dicen leer o haber leído libros no recuerda o no sabe cuál fue el último que leyó. Lo que más han leído son libros de texto escolar, de superación personal y novelas. A la pregunta de cuál es su libro favorito, las respuestas con mayor frecuencia fueron La Biblia, Juventud en éxtasis, Don Quijote de la Mancha, Cien años de soledad, Cañitas, El Principito, Harry Potter y Volar sobre el pantano, en ese orden. Más de la mitad nunca ha leído un libro de literatura y 11 por ciento dijo hacerlo sólo ocasionalmente.

La gran mayoría, cuatro de cada cinco encuestados, no tuvo respuesta a quién es su autor favorito. De entre los pocos que sí lo tienen, los más mencionados fueron Carlos Cuauhtémoc Sánchez, Gabriel García Márquez, Miguel de Cervantes Saavedra, Octavio Paz y Carlos Trejo. Si confrontamos la correspondencia entre obras favoritas respecto a autores favoritos, parece que no son recordados los nombres de J.K. Rowling y Antoine de Saint Exupery (autores de Harry Potter y El Principito, respectivamente), como tampoco el título de alguna de las obras de Octavio Paz aunque éste supuestamente es mencionado como escritor predilecto. Cuando se revisa la correspondencia entre estos títulos con los del último libro que se dice haber leído o se estaba leyendo en el momento de la encuesta, es casi idéntica (el último leído y el favorito son el mismo, salvo los de texto).

El promedio nacional de libros leídos al año fue de tres, pero la tercera parte de los encuestados respondió no haber leído ni uno en los 12 meses previos. Otra tercera parte dijo que sólo uno o dos, y nada más un tercio del total leyó más de tres. Solamente uno de cada 25 leyó más de 11 libros. Sin embargo, los datos que más consternan no son tanto los de quienes no leen, dado que tienen niveles educativos y económicos muy bajos, sino los de la población con estudios universitarios, que en promedio lee cinco libros al año, y la tercera parte nunca ha leído un libro de literatura. Uno de cada cuatro dice no leer libros.

Estos datos son confirmados, actualizados y complementados con los de la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales (Conaculta, 2010), según la cual sólo 27 por ciento de los entrevistados respondieron haber leído un libro durante el último año. Nunca lee periódicos ni revistas el 38 y el 49 por ciento, respectivamente. La cuarta parte de los encuestados no tiene un solo libro en su casa, y 38 por ciento tiene entre uno y 10. Asimismo, 43 por ciento respondieron nunca haber acudido a una biblioteca. De los que sí, sólo 23 por ciento asistió en los últimos 12 meses. Entre quienes no han asistido, 28 por ciento respondió que no le gusta leer o no le llama la atención. Nunca ha asistido a una librería 57 por ciento, y cuatro de cada cinco no compraron un solo libro durante el último año. Quienes compraron 10 o más libros en ese periodo fueron apenas el uno por ciento de los encuestados y, de ellos, los temas de los libros que más compraron fueron de superación personal y religiosos. Entre quienes afirmaron no haber asistido nunca a una librería, 22 por ciento dijo que es porque no le gusta leer.